Cuando Decathlon ya no es suficiente...

16:12


Cuando hace algo más de un año le dije a mi padre (súper ilusionada, por cierto) que iba a comprarme una bicicleta, pensó que era un simple capricho. Cuando el pasado día 21 de julio le dije que había comprado otra bici mejor, sé que su corazoncito palpitó.

En el fondo, él sabe que es el causante de todo, de que haya despertado la bestia. Recuerdo con cariño aquellos fines de semana en los que nos (a mi hermana y a mí) hacía madrugar para montar en bici y los mosqueos, por no decir cabreos que me cogía (yo).
Íbamos hasta pueblos cercanos, por caminos o carretera, depende de la ruta y al llegar al destino, solíamos buscar la panadería y nos poníamos las botas a base de caracolas de chocolate. Siempre he sido "algo torpe" según mi querido y admirado profesor de Gimnasia (si yo era torpe, lo suyo jamás sería Educación Física) y por tanto siempre he hecho deportes que requiriesen poca coordinación. Y, aunque me tocase poner las calles más de un sábado o domingo, reconozco que tengo bonitos y divertidos recuerdos de nuestras salidas en familia. Y, ¡aquí estoy! Así que tan torpe no sería....
Todo se remonta al mes de enero del año pasado, cuando Jesús, mi pareja, decidió comprarse una bicicleta para hacer algo de trabajo cardiovascular y complementar así su entrenamiento en pádel. Seguramente por encontrarnos en pleno mes de enero, no le encontré la gracia, pero cuando comenzó a llegar el buen tiempo... ¡Me pareció un planazo!
Hice que mi padre trajera del pueblo mi súper bici que, si mi memoria no me falla fue adquirida en un momento indeterminado de los 90 y tras una intensa y cara puesta a punto, nuestro "revival" duró solo un par de semanas: ambas teníamos claro que ya habíamos pasado juntas todas las aventuras y kilómetros permitidos.
Ahí es donde decido adquirir una bici nueva para nuestras salidas de domingo. Como iba a ejercer de "dominguera" sin pretensiones, tampoco quería gastarme mucho. Más bien, creía que no iba a costarme mucho. ¡Error! ¡Cuánto han cambiado las cosas!
Yo, que por supuesto tenía el conocimiento en bicis anclado en el pleistoceno, comencé a agobiarme y por ende, a leer todo aquello que encontraba sobre el tema. Leí y rápidamente comencé a manejar marcas y modelos y un sinfín de tecnicismos mecánicos. ¡Toda una locura!
Y es ahí, cuando me encontraba al borde del colapso, donde entra ese gran amigo de todos aquellos que comenzamos o nos reencontramos con un deporte: Decathlon. Ese gran establecimiento donde cualquiera puede tener su oportunidad en cualquier modalidad deportiva: desde pesca deportiva, petanca, pasando por el skate, el ballet, la caza menor o el taichi.
Medité mucho mi decisión y tras interrogar a más de un dependiente de la sección de bicicletas, para el mes de julio del año pasado, finalmente me decanté por una Rockraider 340 C4, negro mate, rosa y azul. Muy básica, pero suficiente para nuestras rutillas. La he tuneado, cuidado y exprimido al máximo, pero lo nuestro, tampoco ha sido una relación duradera. Han sido casi 12 meses acumulando kilómetros y ha sido de gran ayuda, para decidir que lo que parecía ser un capricho efímero, se ha convertido en algo muy importante para mí.
El ciclismo de montaña actualmente ocupa una gran parte de mi tiempo y vida y ha hecho que deje un poco de lado mi otra gran pasión deportiva, el pádel. Con este último, se que me reencontraré muy pronto, lo presiento, pero tenía que alejarme de él para retomarlo con la energía y entusiasmo que me caracteriza.
La MTB, es un deporte que me exige un gran sacrificio físico y sobretodo mental; consigue resetear mis circuitos en cuestión de minutos; me está permitiendo descubrir lugares que jamás pensé visitar o imaginé; hace que por primera vez las cosas que hago no tengan límites y por tanto todo fluya; hace que disfrute del tiempo y la compañía de mi compañero de vida; pero sobretodo, hace que me plantee RETOS.
El pasado jueves 21 de julio, la casualidad y un inocente paseo, hicieron que encontrara el recambio perfecto. Fue un flechazo, amor a primera vista o simplemente un impulso, pero creo que la decisión es más que correcta. Una BH Spike 29" 6.9 color rojo y negro mate, por supuesto. Ya os contaré, porque ... ¡Este es el principio de una bonita amistad!



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