El Camino.-

20:15


Tras superar una primavera algo complicada y un final de verano difícil, ahora que el otoño ha llegado para quedarse, siento que es el momento de parar. Parar, reflexionar y asimilar  que todo lo que ha ocurrido, ocurre y está por sucederme, es por una simple razón: es lo que el destino tiene dispuesto para mi.
Hay demasiada carga inútil en mi mochila (sí, esa que cada uno llevamos aunque algunos no sean conscientes de ella) y creo que la mejor manera de ir quitando lastre y retomar mi vida con la energía de siempre, es ocupar mi mente con un reto.
Dentro de una semana exactamente, Jesús y yo, afrontaremos una aventura/proyecto personal, que nos hace mucha ilusión. Somos conscientes que a ratos va a ser duro, que las ganas de abandonar serán incesantes, pero lo que, al menos a mi me da fuerza y mil ganas, es saber, que pase lo que pase, ocurra lo que ocurra y caiga lo que caiga, le decisión y determinación por conseguir nuestro objetivo estará en nuestra mano.
¡Nos vamos al camino de Santiago!
La decisión de qué hacer durante nuestras merecidas vacaciones de otoño, ha sido un tanto  impulsiva. Huyendo del característico clima otoñal, reconoceré que El Camino no fue nuestra primera opción. Cádiz, Almería, incluso Canarias estaban en nuestras quinielas, pero en el fondo, ambos sabíamos que el cuerpo nos pedía retomar la idea del Camino, que por diferentes motivos, tuvimos que cancelar este verano.
Y los que hayáis seguido "algo" este peculiar y personal blog, habréis deducido que lógicamente, nuestro peregrinar no podía ser de otro modo: ¡vamos en bici!
Lo tengo claro, para conseguir cualquier cosa en la vida, hay que tener un punto de ambición (y lo tengo), pero afrontar los casi 900 km del Camino de este modo, creo que sería un error. Y más, teniendo por delante 9 días, ampliables a 12 para completarlo. Mi esquema mental es muy sencillo: "hasta donde lleguemos". El no tener presión, me parece la mejor estrategia en este momento. Ir, sin tener la "obligación" de concluir un número concreto de kilómetros al día o alcanzar no sé qué pueblo/ciudad sí o sí, nos va a permitir disfrutar y vivir esta experiencia con intensidad, que en definitiva es de lo que se trata.
Cualquiera que me conozca, no dudará cuando digo que he leído mucho durante estos días acerca de experiencias de Peregrinos, pero al final, he sacado una conclusión: cada cual, recorre y vive el Camino a su manera. Los motivos que mueven a cada persona a peregrinar a Santiago pueden ser diversos y muy respetables, y yo, los tengo claros. En el fondo es un mix de todo: deporte, espiritual, religión, reto personal, aventura...
Desde ese "nos vamos", están siendo unas semanas algo intensas en cuanto a preparativos y sensaciones. Nuestros entrenamientos han sido más constantes e intensos, las bicis están adaptadas con sus parrillas y alforjas, hemos ido comprando diferente material deportivo para afrontar esta aventura con cierta "comodidad", nos hemos hecho con un pequeño arsenal de suplementos alimenticios para las primeras etapas e incluso hemos comprado ¡un saco de dormir! Sí, yo que juré que tras una primera y única experiencia de acampada, jamás volvería a utilizar semejante invento...
Me siento tremendamente feliz y emocionada. Porque por primera vez, voy a enfrentarme a algo, que no he querido preparar (muy) a conciencia. Porque de algún modo, no se lo que me espera; voy a tener que lidiar con el cansancio y el desanimo; tendremos que tomar decisiones a priori insignificantes e improvisar; voy a probarme física y mentalmente y porque con casi nada, vamos a intentar conseguirlo todo.
¡Buen Camino!

You Might Also Like

0 comentarios

Facebook

Contact me

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Subscribe